miércoles, 22 de enero de 2014

¡AH MAR!, de PASTOR URDINARRAIN


Amo al mar, útero de donde procedemos
los habitantes del planeta Tierra, dijeron los sabios.
Lo amo, confío en los sabios  y  creo en la ciencia
y malicio de profetas que apelan a la fe y nos dicen no preguntes
y  nos ordenan  creer a hombres de quienes recelamos.
Creo en la esperanza, espero.
Creo en la razón, razono.
Venero a la madre que nos parió,
al útero, no a la  costilla,  no al  relato, sí a las aguas
que cubrían al planeta, sí a  la evolución de las especies.
Creo en Darwin, no en Sidharta, no en Mahoma, no en Mateo.
Amo al mar, mi mar, el mar nuestro de cada día.
Recuso la Fe, apuesto por la Esperanza, abrazo la Caridad.
Virtudes humanas, no mandatos teológicos.
Amo al mar. Creo en el mar. El mar, espacio de especies,
de vientos francos,  de proas ceñidas, de pescas,
donde las tormentas estallan y  reposan los navegantes.
Al mar que no abriga a mezquinos  patrones
responsables de sillas vacías en mesas familiares.
No es culpable el mar, respeta al marino si es respetado.

Amo al mar
donde barrené olas
rescaté náufragos
topé ballenas
y surqué con orcas
y me acecharon barracudas
y nadé entre corales
y peces de colores
y forniqué en aguas calmas amarrado a mi barco
y coseché amistades
y compartí el vino
y guisos demorados en ollas porque mañana saben mejor.
¡Ah, mar!

PASTOR URDINARRAIN (86)




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