Tu mirada es siempre triste,
como pensando en otra cosa.
Y pensabas en otra cosa
cuando a la vuelta de la esquina
te encontré.
Dimos más de dos pasos
y pasaron veinte años
y tuvimos nuestros hijos
y nos amamos
y nos toleramos
y nos odiamos.
Ahora andás en otras cosas,
como yo en otras cosas ando.
Dicho así, en argentino,
en el idioma enaltecido por nosotros,
cualquiera entiende.
Y vos me entendés
¿no es cierto?.
Nuestro cansancio proviene
del esfuerzo por no lastimarnos.
Está bien que así sea.
Usted discúlpeme si la dejo a la vuelta de la esquina.
sábado, 28 de junio de 2008
ABANDONO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario